Te añoro, tengo calma,

sé que ahora estás muy lejos.

 

Miro a la ventana

y en la dulce silueta que se forma en la distancia,

veo una imagen de idílica alegría,

después fijo la vista y todo se desvanece.

 

Es entonces cuando vuelvo a mi interior,

es entonces cuando veo algo de luz,

y es en esa calma cuando siento

que a la losa la sujetan cimientos que son de barro.

 

Se que todo volverá a temblar

y quizás en su caída

desgarre con fuego mis entrañas.