Un cuadro en la pared,

una planta en un rincón,

una imagen de dulzura me desborda el pensamiento.

 

Chicos que corren en busca de hojas secas,

calles furtivas que se mueven,

no puedo pensar,

algo está comiéndome por dentro.

 

Pasa el tiempo,

pasas entre risas,

no tú a quién conozco,

sólo tú a quién no tengo.

 

No se trata de ti,

seas quién seas.

Incluso si fuese alguien exactamente igual que tú,

que podría serlo,

entonces ya no serías.

Ni ella ni tú.

 

Todo está lleno de espejos,

veo mi imagen y no quiero,

no sólo me canso de mirarme por dentro,

reiterados pensamientos de mí mismo a la imagen que reflejo.

 

A veces te hablo,

a veces te pienso

y confundo razón y sentimiento.

 

Ya llegan los viejos recuerdos,

arrastrándome a la ciénaga,

macerando mi entregado cuerpo.