Altos edificios envueltos en cristal,

sol que brilla y ciega en esta tarde de finales de verano.

Suave brisa que ha trompicones cambia de lugar papeles de regalo.

 

Hace calor, y en la distancia se oye un ruido de ciudad que se desgarra.

En esta piedra he visto el silencio.

Gente que camina como hormigas bajo el sol.

 

Puedo sentir la paz del alma sosegada

he amado intensamente,

he vuelto a surgir de los escombros

hoy puedo admirar las flores, mañana volveré a caer.

 

Fue entonces, hace no sé cuánto tiempo

en estos mismos lugares,

con otra luz distinta,

cuando estaba absorto en visiones de penumbras.

 

Los espacios angulosos se han difuminado,

las aristas no rasgan el interior,

las heridas se han cerrado.

Quizás consiga descansar un poco.

 

Sólo recuerdos que podemos añorar.

Solo imágenes que podemos vislumbrar.

Olores que llenan el espacio.

 

Ahora puedo entenderlo,

todo queda grabado en el olvido.

 

Es mejor así.